Entre bambalinas

¡Hola! Después de llevarme ausente algo más de un mes (lo siento, la universidad no perdona) vuelvo con mucha mucha energía.

En este caso, os quería mostrar un cachito más de mi y de mi vida. Al margen de ser estudiante universitaria y bla bla bla, soy una feliz profe de ballet. Este curso académico concretamente he tenido la oportunidad de enseñar a un bellísimo grupo de alumnas, las cuales no solo me han permitido disfrutar coetáneamente de las clases impartidas, sino que además me han posibilitado indirectamente crecer como persona. El hecho de transmitir lo que la danza supone para mi a otras personas y conectar con las mismas en ese terreno, es algo que trasciende a cualquier tipo de descripción que pudiera dejar por escrito.

Tras la parte empalagosa, debo puntualizar brevemente los momentos no tan bonitos de frustración, agobio, cansancio y dolor (por los pies, sobretodo los pies). Estas adversas circunstancias son inherentes a la danza -o lo que es lo mismo, me atrevería a decir que son inherentes casi a cualquier disciplina artística y/o deportiva-; digamos que es como el ‘Side B’ de todo disco de música, o la cruz de cualquier moneda. Pero incluso ahí, yo encuentro la mayor de las bellezas: la maravillosa capacidad con la que cuenta el ser humano, de tocar a sus iguales y hacerles sentir a través del encadenamiento de rítmicos movimientos corporales a unos armoniosos acordes musicales. Pese a la dificultad. Pese al dolor. Así es la danza.

Para acabar, voy a dejar unas fotitos de la función que mi escuela -como toda escuela danza- hace como broche final del curso. Yo este año me aventuré (en ocasiones llegué a pensar que en exceso) a coreografiar las adoradas Willis, que toda bailarina de danza clásica conoce al dedillo -perteneciente al segundo acto del ballet Giselle, por si alguien tiene curiosidad-, y a compaginarlo con una pieza de danza contemporánea de propia cosecha, un tanto arriesgada a decir la verdad. El resultado final, como os podréis imaginar, fueron dos coreografías machadas pero disfrutadas que me hicieron sentir la profesora más orgullosa del planeta. No pude si quiera reprimir emocionarme.

Con todo ello, se inicia la función: ¡luces, música y telón!

Contra todo pronóstico a las creencias que la baby Gloria tenía sobre su futuro, enseñar es energía en movimiento. Otra y distinta vía mediante la cual seguir sintiendo. Esta vez desde las bambalinas, admirando con los ojos centelleantes, el trabajo personal y la evolución de otras personas en las que tengo depositado un trocito de mi alma.

Solo espero que este post, además de por conocerme un poquito más, provoque motivación individual. Soy de la opinión de que se debe poner el corazón en cada paso vital; vivir apasionadamente es algo más allá de respirar oxígeno y sentir el riego sanguíneo -es experimentar cada latido, cada lágrima y cada sonrisa. He ahí mi consejo. Yo aún sigo teniendo el ritmillo de las Willis en mi cabeza, y las tarareo inconscientemente de tanto en tanto.

Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile

Esta vez aparezco por aquí para tratar un tópico totalmente distinto. En este caso, me parecía interesante realizar la reseña de una película que he visto recientemente.

Debo decir que no contaba con una recomendación previa que «me metiera el gusanillo en el cuerpo». Más bien, el cansancio de un jueves noche en el piso hizo que cogiera el Netflix mientras cenaba y me pusiera a ver una de sus películas -de esas que aparecen en la página inicial como ‘Novedades Netflix’. Me llamó la atención el largo título de la película (Extremadamente cruel, malvado y perverso) y, pese a que el teenager Zac Efron no sea santo de mi devoción -cinematográficamente hablando-, me decidí a darle al play. Mi sorpresa fue colosal, he ahí el motivo por el cual he querido dejar constancia de ello.

La obra de Joe Berlinger trata sobre la historia de Ted Bundy, el famoso asesino serial de mujeres que aterró a los Estados Unidos en la década de los 70, pero desde la perspectiva de la que fue su novia, Elizabeth Kloepfer -dichos papeles han sido interpretados por Zac Efroc y Lily Collins respectivamente. El serial killer acabó condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica en 1989, tan solo reconociendo 30 muertes y violaciones, quedando otras muchas sin esclarecer.

El gancho que encuentro en la película es la manera de abordarla: respecto de la creencia a ciegas que la pareja de Bundy depositó en él, conforme a su inocencia; el espectador, ajeno al desenlace, confía hasta el término del film en su falta de culpabilidad. Además, el psique del asesino se expone tal y como (superficialmente) dejaba verse de él: un joven sumamente atractivo, inteligente y con una personalidad arrolladora -que defendía su inocencia a capa y espada. De ahí que, con nuestros ideales sedimentados en una justicia verdadera, queramos ver a Bundy más allá de los confines presidiarios.

No obstante, debo de alegar que menos impresionante me pareció la interpretación de los jóvenes actores -Efron y Collins-: es correcta pero no impecable, no llega a abarcar una autenticidad íntegra. De igual manera que escenas, muchas de ellas con muy poca interconexión entre sí, como la de la pareja en una perrera -donde el objetivo (malogrado) era mostrar la cara oculta y monstruosa del asesino. Aún así, la presencia de otros actores secundarios como John Malkovich, Kaya Scodelario, Jim Parsons, Haley Joel Osment, James Hatfield o Angela Sarafyan -entre otros- ayudan a recrear un guión más fehaciente.

Recomiendo ver la película y acompañarla con la serie documental, también perteneciente a la plataforma Netflix, Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy -que expone sin sentimentalismos hollywoodienses el perfil del asesino. La película no es más que una síntesis y complemento de lo que fue un bucle de atroces crímenes y que suscitaron a la población estadounidense una extraña combinación entre miedo y morbosidad.

«No puedes ver esta película y decir que estamos haciendo glamour o glorificando a Bundy. Lo que estamos haciendo es retratar la psicología del engaño y la traición».

Joe Berlinger

Sin lugar a dudas y sin spoiler -ya que desde el principio conocemos el desenlace del caso-, la escena final a modo de cierre me resultó escalofriante. No hay una mejor manera de convencer al espectador que presentar la verdad sin bandeja de plata alguna; a sangre fría, tal y como quiso hacer pensar él mismo durante toda su vida. Me resultó un final abrupto, de igual manera que la obra de F. Kafka ‘La Metamorfosis’ : son dos realidades a comparar a años luz entre sí la una de la otra, pero que coinciden en la sobriedad de su término. Hoy me he levantado turbada, como pensado ‘¿y eso es todo?’.

Descubriendo a Viva Suecia

Tras una semanita de vacaciones toca la dolorosa e intensa vuelta a la realidad. Es por ello que, para facilitar dicho tránsito, os traigo nueva y vibrante música para vuestros oídos: Viva Suecia.

Conocí este grupo hará año y medio (más o menos) a través de un par de amigos míos, los cuales me contagiaron la euforia por esta banda de rock alternativo que, en algo más de tres años de carrera musical, ya han adquirido una considerable presencia en el panorama musical de España. De hecho, investigando un poquito, pude descubrir que fue la discográfica Subterfugio Records la cual apostó por estos talentos alternativos -cosechando ya dos álbumes (Otros Principios Fundamentales y La Fuerza Mayor) además del premio al Mejor Artista Español por los European MTV Awards .

Con un sonido envolvente y fresco, nos conectan con reminiscencias de otros grupos más aventajados cronológicamente en el escenario indie español -como Los Planetas o Lori Meyers.

Afortunadamente, he tenido ocasión de escuchar a los murcianos tres veces en distintos escenarios: en el Picnic del Interstellar, en el NoSinMúsica y, recientemente, en la Sala Custom -en donde presentaron su nuevo álbum.

La mezcla de melodías abanderadas en acordes de guitarra de GRAN ferocidad (y decibelios) sumado a letras existencialistas profundas y sumamente cercanas, hipnotizan los oídos casi que instantáneamente de todo quien los escuche. Son los estribillos rescatados de entre el bullicioso «ruido de fondo» de sus temas, los cuales se te meten en el cuerpo y te calan hasta los huesos.

Sus directos tampoco dejan nada que desear, es más, a mí me terminaron conquistado a ritmo de «miento cuando digo que me hace falta espacio«.

Bajo mi manera de verlo, estos chicos están teniendo tanto éxito ya que denotan una energía centelleante -empleando palabras del propio vocal, Rafa Val:  «ahora estamos disfrutando de algo que nos llena al cien por cien y estamos encantados e ilusionados». Esto justo indica la pasión y el carácter que imprimen en su trabajo.

En definitiva, dadle al play a esta banda emergente y permitir ser conquistados.

PD: una canción muy especial para mi en este momento es Amar el Conflicto, ya que siento (por encima de todo) que todo lo que importa está en el aire. ¡Espero que os guste!

San Abril

Iniciamos el blog de la mejor manera que puede iniciarse, ¡con una súper bomba festivalera!

A mis oídos ha llegado la última confirmación del SanSan Festival, que tiene lugar entre los días 13-16 de abril en el municipio de Benicassim (Castellón, Valencia); con ello me refiero a la banda de rock británica KAISER CHIEFS.

Además de los de Leeds, este festival (que ya va por su cuarta edición) cuenta de momento con un cartel que promete: La Raíz, Niños Mutantes, Corizonas, Fuel Fandango o Delafé, serán algunos de los muchos grupos que toquen este año.

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¿Aún no te he convencido del todo? Entonces lo harán los precios.

Los abonos generales para los 4 días de festival están tan solo a 42€, incluyendo el acceso al recinto y descuentos en barras durante las 2 primeras horas de cada jornada de festival.
Los abonos VIP a un precio algo superior (69€) y que te permiten disfrutar de los conciertos desde una panorámica distinta.

Y por último, una oferta que escasea por minutos y a mi juicio la más interesante si eres como yo y te gusta disfrutar de la mejor música en la mejor de las compañías: 5 amigos a precio de 175€.

Para más información y compra de entradas no dudéis en clickear aquí. ¡Espero que os sirva de ayuda!

Y llegados a este punto, yo no creo que ya hay ninguna duda conforme a la obligatoria asistencia que todo festivalero debe tener con el SanSan Festival. Os espero a todos allí a ritmo de Never Miss a Beat y con una (¡¡o dos, o tres…!!) cervezas en la mano.