Minitrip al Algarve

Los planes improvisados y el verano, ¡qué mejor combinación! En esta ocasión encartó el sur de Portugal, con sus blancas playas y vertiginosos acantilados dorados.

Fue hace unas semanas cuando, de manera espontánea, me surgió realizar esta escapada con unas amigas. Cabe decir que yo aún tenía el blanco nuclear de llevar encerrada en la biblioteca meses y que además, me costaba interiorizar que al fin estuviera de vacaciones; en cuestión de días me sentí en paz interior total.

Nosotras pasamos tres noches (aka cuatro días) en el Algarve: dos en Portimão y una en la mítica Albufeira. El itinerario que planteamos nos propició una amplia diversidad de planes -yo estimo que esto es uno de los puntos fuertes del sur portugués, la amplia gama de planes que se pueden realizar; compaginamos pequeñas calitas con la exclusividad de beach clubs, bocadillos de campamento y restaurantes, crema solar y mucho highlighter. Para mí ha sido un viaje de contrastes con la Bad Gyal a todo volumen.

En el sur de Portugal las calitas paradisíacas abundan, por lo que mi consejo es dejar de orientarse por el primer listado de playas que aparezca en el TripAdvisor e investigar -¡el Algarve tiene mucho más que ofrecer que playas llenas de gente, tumbonas y chiringuitos! Entre mis preferidas: Praia da São Rafael, Praia da Carvalho o Praia da Marinha. El acceso en coche es más o menos sencillo, contando con que 1) la ley vial portuguesa está aplicada bajo mínimos MUY mínimos y 2) las zonas cercanas a la costa están 0 asfaltadas. Aún así, me gustaría aportar un dato positivo y es que, de unos años para acá, el Estado ha decidido que los peajes no se paguen in situ sino a través del emparejamiento de la matrícula del coche con una tarjeta bancaria -en donde posteriormente se cargarán los importes de los distintos peajes (muy baratos, por cierto).

Tal y como dije, nosotras nos hospedamos en Portimão y, aunque no estuviera entre nuestros planes salir de fiesta todas las noches, nos desagradó mucho el ambiente de la ciudad al anochecer. Me pareció un lugar humilde forzado a dar una imagen complaciente a los extranjeros. Es por eso que yo recomiendo visitar otros lugares, entre los que destacan:

  • Ciudad de Lagos
  • Ciudad de Faro y sus proximidades -la Iglesia de San Lorenzo (pueblo de Almancil) y el Palacio de Estoi (pueblo de Estoi)
  • Pueblo de Tavira
  • Ciudad de Sagres y el imponente Cabo de San Vicente

Pese al desencanto con Portimão, el día de la Albufeira lo compensó gratamente -de hecho yo diría que fue un GRAN broche de oro para el viaje.

El día lo pasamos en la playa (una de las ya mencionadas y próxima a la ciudad) y, a mitad de tarde, hicimos una expedición en lancha a las cuevas de la Albufeira, entre la cuales se encuentra la famosa y rimbombante Cueva de Benagil. Es innegable la espectacularidad de esta cueva -a la que puede accederse en barco, kayak e incluso nadando-, pero de manera personal, hay pequeñas y recónditas cuevas que sí que me parecieron reales joyitas. A todas estas el acceso nadando no es posible, por lo que yo recomiendo la opción de alquilar un kayak con el que poder desplazarse libremente.

Saboreamos la noche en la Albufeira con las pilas hipercargadas, ya que fue la única noche que decidimos salir de fiesta. El lugar fue tal y como me lo esperaba: infinitud de luces de neón, reggaeton y electrónica a todo volumen, locales cools y mucha muchísima gente -todo ello organizado en una única y laaaaaaarga calle, la cual albergaba la inmensa mayoría de pubs y discotecas. Entre las que más me agradaron: Liberto’s, La Bamba y Diamond. ¿Grave error? Acudir a la KISS -discoteca de referencia de la zona- con altas expectativas puesto que está apartado del resto de ambiente, es un ambiente «prepuber» y de acceso sumamente caro.

De manera sintética, una noche en la Albufeira es un must que toda persona tiene que probar al menos una vez en su vida. Sin embargo, en el término medio se haya la virtud y, a menos que te guste el desfase, dedicarle una única noche deja con muy buen sabor de boca y sin excesos nocturnos.

Muito obrigado por lo vivido, las personas conocidas y las imágenes clavadas en mi retina. Con cada viaje que hago a Portugal, vuelvo con unas nuevas y diferentes sensaciones que guardo para mi.