No es casualidad que en esta época del año nos amenacen tantos peligros simultáneamente: las alergias, los sentimientos a flor de piel, esos dichosos e impredecibles cambios de temperatura (y de humor) –¡es primavera y la sangre se nos altera!.
Por eso mismo, os traigo mi método de choque contra esta maravillosa estación del año, la cual NO deja indiferente a nadie ni a nada. Suelo adaptarlo a lo que pille por casa, ya que no premedito una fecha concreta sino más bien lo que me pide el cuerpo.
Lo primero de todo, la música. Yo personalmente recomiendo cantautores como Bon Iver, Keaton Henson o The Tallest Man On Earth -todos ellos me tocan el corazoncito.
Es entonces cuando me preparo un baño de agua caliente con mucha, muchísima espuma y, cuando tengo, me gusta añadirle sales de baño, aceites, bombas, etc. Recomiendo la marca Lush por sus productos naturales, no testados en animales y además, por ser una multinacional comprometida con la Sociedad.
Por último me preparo una bebida algo inusual pero tremendamente beneficiosa. Se denomina ‘Leche Dorada’ (haldi ka doodh) y procede del Ayurveda, el sistema tradicional de salud y curación de la India. Según esta cultura, la comida es una de las fuentes más importantes de dulzura para el cuerpo, la mente y el espíritu, y su correcta combinación posibilita una sensación de armonía y equilibrio.
En concreto, esta bebida tiene propiedades antiinflamatorias, reduce los efectos del estrés, acelera el metabolismo y desintoxica al hígado, mejora considerablemente al sistema inmunológico y puede eliminar los agentes infecciosos que en esta época del año nos ocasionan las dichosas congestiones e irritaciones de garganta. Los pasos a seguir son:
- Calentar a temperatura media en un cazo: un vaso de leche vegetal, una cucharita de cúrcuma, otra de pimienta, otra de miel, un toque de jengibre, clavo y una varilla de canela.
- Remover hasta que todos los ingredientes se hayan fusionado adecuadamente. Quitar del fuego y servir.
pd: ¡si nos servimos con la ayuda de un colador nos ahorramos tener que estar sufriendo por no tragarnos ningún clavito!
Como último toque, enciendo unas velitas y una varita de incienso, y me relajo durante un rato con la música de fondo y un buen libro -procrastino muchísimo el momento de salir de la bañera, hasta tal punto que tengo toooooodo mi cuerpo cual pasa.
Con todo esto llego al estado de pronoia, o lo que es lo mismo, a la creencia de que el universo conspira en favor de mi misma. Justo el chute de energía necesario para vivir en primavera todo el año.